No le tengo miedo a ser anciana, no le temo a las arrugas ni
a la piel que se afloja como una sábana al viento. No me asustan los cabellos
plateados ni el paso lento de mis propios pies. No le temo a la soledad, porque
la he amado, la he hecho mi aliada, mi refugio.
Pero hay algo que sí me inquieta, algo que se esconde en la
sombra de los años que aún no he vivido: el destino. Ese que juega con las
cartas marcadas, que a veces te sienta en la mesa con una copa de vino y otras
te deja esperando bajo la lluvia sin abrigo.
No quiero ser una carga, un suspiro de resignación en la
boca de nadie. No quiero ver en los ojos de los demás el reflejo de mi
fragilidad, de mi dependencia. No quiero que mi nombre se convierta en sinónimo
de sacrificio ajeno.
Quiero ser viento, quiero ser brisa, quiero seguir moviéndome,
aunque el cuerpo duela. Quiero que mi vejez sea un poema de libertad, un café
con aroma a recuerdos, un óleo que aún busca su última pincelada.
No le temo a la vejez. Le temo a perderme en un destino que
no elegí.
Milka Mag Torre
uf!!! Yo tampoco quiero ser un estorbo para nadie aunque me temo que no podemos elegir. Un abrazo
ResponderEliminarLo llevas claro como yo. Me aterra la idea, pero me temo que no está en nuestras manos elegir. Un abrazo
EliminarUna buena reflexión. Creo que nos aterra a todos. Yo he pedido llegado el momento que me manden a un lugar donde me cuiden y se lo he dicho hasta mi medico, si queda consciencia, no quisiera ver a mis hijos, o familia mas amarrados, despues de casi una vida en ello. Gracias Katy, como siempre eres unica.
EliminarCuidate mucho amiga y no dejes de hacer lo que tan bien te sale.
Un abrazo de osa.
Fina...
Desde luego llevas toda la razón. Es un sentimiento de impotencia porque no podemos hacer nada, tan solo evitar dar la lata y facilitar las cosas. Me alegro mucho de tu saludo. Me gusta saber de ti. Agradezco tu comentario, tu saludo que siempre son especiales para mi. Un enorme abrazo y que sepas que te tengo mucho cariño.🤗😘
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