"La mejor herencia que se le puede dar a un niño para que pueda hacer su propio camino, es permitir que camine por sí mismo." Isadora Duncan

"Estoy convencido que uno de los tesoros que guardan los años es la dicha de ser abuelo"
Abel Pérez Rojas

"No entiendes realmente algo a menos que seas capaz de explicárselo a tu abuela." Albert Einstein

Forman parte de la orquesta

lunes, 24 de febrero de 2025

El escorpión y el ciervo


El escorpión picó al ciervo, y con el veneno ardiendo en su cuerpo, buscó refugio en la manada.Sin embargo, los demás ciervos decidieron expulsarlo para evitar que el veneno se propagara. El ciervo salió cojeando, llorando de dolor. No por la picadura, sino por el abandono y desprecio de su propia familia en el momento en que más los necesitaba.
Así se fue, ardiendo de fiebre, arrastrando una de sus patas, vulnerable a las noches frías.
Con cada paso, una lágrima caía.
Los ciervos en la manada lo vieron alejarse, observando cómo desaparecía en el horizonte. Algunos decían entre sí:
— Que se vaya... Morirá lejos de nosotros.
Y cuando el ciervo finalmente se desvaneció en la inmensidad del horizonte, todos estaban seguros de que había fallecido.
Algunos incluso miraban al cielo, esperando ver buitres volando.
Pasó el tiempo.
Mucho después, un gorrión llegó a la manada y anunció:
— ¡Su hermano está vivo! Vive en una cueva muy lejos de aquí.
Se recuperó, pero perdió una pata debido a la picadura del escorpión.
Le cuesta encontrar comida y necesita su ayuda.
Hubo un silencio. Luego comenzaron las excusas:
— No puedo ir, estoy pastando...
— No puedo ir, estoy buscando agua...
— No puedo ir, tengo que cuidar a mis crías...
Una por una, todas rechazaron la petición. El gorrión regresó a la cueva sin ayuda.
Pasó el tiempo nuevamente.
Mucho después, el gorrión volvió, pero esta vez con una noticia dolorosa:
— Su hermano ha fallecido... 
En ese instante, un peso cayó sobre todos. Un profundo lamento llenó la manada.
Quienes pastaban, pararon.
Quienes buscaban agua, dejaron las fuentes.
Quienes cuidaban crías, las olvidaron por un momento.
El arrepentimiento dolía más que cualquier veneno. ¿Por qué no fuimos antes?, se preguntaban.
Y sin medir la distancia ni el esfuerzo, todos partieron hacia la cueva, llorando y lamentándose. Ahora sí tenían un motivo para verlo, pero ya era tarde.
Al llegar a la cueva, no encontraron al ciervo... Solo hallaron una carta que decía:
"En la vida, muchas veces las personas no cruzan la calle para ayudarte cuando estás vivo, pero cruzan el mundo para enterrarte cuando mueres.
Y la mayoría de las lágrimas en los funerales no son de dolor, sino de remordimiento y arrepentimiento."

Eduardo Galeano 


La moraleja la sacamos fácilmente

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Bienvenido. Gracias por tus palabras , las disfruto a tope y además aprendo.

“EL TIEMPO QUE PERDISTE POR TU ROSA HACE QUE TU ROSA SEA TAN IMPORTANTE”. Saint-Exupéry

“EL TIEMPO QUE PERDISTE POR TU ROSA HACE QUE TU ROSA SEA TAN IMPORTANTE”. Saint-Exupéry
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