Mirar por la ventanilla de un avión siempre resulta ser una experiencia emocionante. Ver las nubes esponjosas que parecen algodón d o la tierra bajo tus pies no deja de ser una experiencia única. Asomarse ver amanecer o atardecer mucho más cerca es realmente fascinante. Momentos únicos en los que te evades pensando en tu pequeñez comparada con la inmensidad que te rodea. En mi último viaje hice algunas fotos se me ha ocurrido compartirlas. No tienen nada de especial, pero igual os entran ganas de viajar.
FIN DEL VIAJE
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Bienvenido. Gracias por tus palabras , las disfruto a tope y además aprendo.