CAPÍTULO 18, EN EL QUE DEVOLVEMOS LAS JOYAS A LA SEÑORITA GARCÍA Y ACABO GANÁNDOLE A MILLER OTRA VEZ
Sólo quedábamos dos invitados en la mansión: la señorita García y yo. Al final habíamos acabado bien y Miller se había ido con el rabo entre las piernas. Había fracasado en la resolución del caso y don Fernando le había echado de la casa. Doña Sofía había aprendido la lección y no volvería a llamar al inspector Miller ni en caso de urgencia; sólo traería problemas.
El mayordomo, el signore Francesco y el profesor García fueron encerrados en la cárcel por robo, estafa y asesinato, y dudaba de que fueran a estar ahí sólo por poco tiempo.
Mientras doña Sofía ayudaba a la señorita García a hacer su maleta, don Fernando y yo nos sentamos en un sofá para hablar.
-Y al final, ¿cómo sabías que Charles se encontraba en ese coche? - comenzó preguntando don Fernando -.
-Pues verás. Me bastó simplemente con mirar la parte de debajo de los coches. Cuando llevan parados mucho tiempo empiezan a perder aceite. Por ello Charles debía estar escondido en el que no tenía ninguna mancha debajo, en el más cercano a la carretera de la parte derecha.
Seguimos hablando.
-¿Y dices que la invitación te llegó justo anteayer, el mismo día de la fiesta? Seguro que fue responsabilidad de Charles que era el encargado de depositar las cartas en el buzón. Debió echarla más tarde con la intención de que no llegara a tiempo... ¿Y dices que intentó asesinarte dentro de tu coche? ¿Y que hizo que te estrellaras? - preguntaba sin tregua don Fernando -.
Estaba empezando a hartarme de tantas preguntas, pero en ese momento bajó Greta.
- Todavía no me ha dado las joyas, señor – dijo -.
-Ah, claro. Vamos don Fernando. Venga conmigo.
Cuando llegamos al sótano nos acercamos al cofre. Al momento don Fernando intentó abrirlo. Estaba cerrado con llave.
- ¡Lo que nos faltaba! – dijo -. Está cerrado con llave y si intentamos forzarlo podríamos romper las joyas que están dentro. ¡Qué mala suerte!
-¿Dónde he visto yo la llave? ¿Dónde he visto yo esa llave? - empecé a murmurar - ¡Ya está! - grité -, ¡ya sé donde está la llave!
¿EN QUÉ LUGAR HABÍA VISTO ENRIQUE ANTES LA LLAVE DE ESA CERRADURA?
-¡Eso es! – dije -, ¡la llave es el espejo de signore Francesco, el que estaba a los pies de su cama cuando le interrogamos!
Subí corriendo al segundo piso y en seguida bajé con el preciado espejo. Abrimos la caja y nos llevamos una sorpresa: no sólo estaba llena de joyas sino que también estaba a rebosar de unos saquitos marrones atados con cordones negros.
Lo subimos todo al vestíbulo. Le devolvimos las joyas a Greta y ella se fue con la moto de su padre. La seguimos con la mirada hasta que desapareció por la carretera.
Al momento corrimos al escritorio de don Fernando y esparcimos el contenido de uno de los muchos saquitos marrones del cofre. Una buena cantidad de monedas y billetes relució sobre la mesa. Abrimos todos los demás saquitos y, ¡tenían idéntico contenido!
-Creo que ya sé porqué signore Francesco se mudó a España. ¿Leíste en el periódico lo del robo al Banco Italiano? Pues si que lo tenían bien montado...
EPÍLOGO, EN EL QUE CUENTO CÓMO RECIBO UNA ÚLTIMA CARTA DE DON FERNANDO
Un domingo varias semanas después recibí una carta de don Fernando. Decía así:
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Querido Enrique:
Al final he devuelto todo el dinero al Banco Italiano. Me he enterado de que al signore Francesco le han alargado todavía más su estancia en la cárcel. En cuanto a ti, ¿qué tal te va?
Mi mujer dice que actuaste muy bien resolviendo todos los enigmas que se te presentaron en relación al robo de las joyas de Greta. Dice que tienes sobre todo mucha memoria.
Ya nadie valora gran cosa los servicios del inspector Miller. Aquí en mi casa fue un completo chapucero, sin embargo ha sido, no sé si me creerás, ascendido a comisario general en la Policía. La próxima vez, aunque haga el tontaina, ni se te ocurra faltarle el respeto. De todas maneras ¡es además un cobarde!
Estoy pensando en contratar a un nuevo mayordomo. Por cierto, tengo un amigo llamado Nicolás que podría convertirse en el tuyo, puesto que me ha ofrecido sus servicios y no quiere cobrar casi nada. Te iría muy bien. Si quieres llámame y te daré su teléfono. ¿Estás de acuerdo?
Hasta la vista. Don Fernando.
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Doblé la carta y la metí en mi carpeta (es que suelo ser muy ordenado, ¿sabes?). Pensaría lo de contratar a un mayordomo.
Fui al salón de mi casa y cogí una hoja de papel. Me puse a escribir datos sobre muchas cosas: empezaría a pagar un coche nuevo a plazos, ya contaba con la mitad del precio porque Greta había recompensado mis generosos servicios por rescatar sus joyas con casi 9.000 € y...
¡Anda! ¡Se me había olvidado! Cogí mi cuadernito y pasé varias páginas hasta llegar a una en la que ponía:
ENRIQUE – VERSUS - MILLER
X
X
X
Recordé mi primera victoria sobre Miller en el caso del asesinato del conde Sharacoff, la segunda en el caso del robo del cetro del Museo de Historia y la tercera en el caso del diamante de la duquesa de Laknstone.
Escribí una X más en mi lado y me miré con orgullo en el gigantesco espejo de la entrada. Ahora podía decir que estaba la aventura completa. El caso del “Robo en casa del botánico” quedaría para siempre en mi memoria. Me lo prometí.
FIN
Hola Katy: fin de la aventura con epílogo incluido. Este chico no ha dejado nada al azar. Si con esa edad ya escribe así sólo es cuestión de que siga en ello para llegar a ser un buen escritor, sin duda.Dale mi enhorabuena. Un abrazo
ResponderEliminarA mi me ha parecido bien estructurado y cuidado. Tiene mérito no solo por su edad, sino porque lo ha hecho en sus ratos libres. Porque además de estudiar es un buen lector. Y lo ha e¡escrito en el ordenador y corregido.
EliminarSu madre solo hizo la maquetación ¡respetando el texto.
Vamos que no se nota que soy la buela jajaja.
Un abrazo y gracias por tus palabras.
Hola Katy:
ResponderEliminarHa sido gran experiencia compartir esta aventura.
Espero que siga adelante, porque todos le vemos mucho futuro.
Un abrazo.
Y tan compartida porque yo lo ido leyendo a la par.
EliminarEstaría bueno que el día de mañana fuera escritor o detective:-)
Gracias por esos ánimos. Hoy anda por la sierra que es otra de sus aficiones.
Un abrazo
¡Bravo chaval! Sigue fomentando tu imaginación y no dejes de escribir nunca.
ResponderEliminarUn abrazo para abuela y nieto.
Muchas gracias Chelo por acompañar. Cuando venga por casa le mostraré todos los post. Se pondrá muy contento.
EliminarBss
Espero que esta sea la primera de un buen numero de relatos de intriga, Felicidades y enhorabuena¡¡¡¡
ResponderEliminarbesos
Muchas gracias Fernando por estar y animar. Esperemos que siga estudiando y mejorando su estilo. Cabeza tiene.
EliminarBss y buena semana
Qué maravilla, madame!Además lo ha rematado, que no es fácil. Siempre encuentro que lo más difícil de un relato es ponerle el final adecuado, se lo aseguro.
ResponderEliminarEnhorabuena para el joven autor. Espero que esto sea el comienzo de una larga y fructífera carrera!
Bisous
Mil gracias madame por sus aliento y ánimos. A mi me encantó el final. Con todo lo sencillo y humilde que es Enrique, porque lo es aún, le ha salido su lado leonino "Leo" , que aunque no creo en los horóscopos como predicción si que confirman el carácter :-)
EliminarBisous