Pensamientos y valores dedicados a mis nietos “El tiempo que perdiste por tu rosa hace que tu rosa sea tan importante”. (Saint-Exupéry) Ellos son mis más hermosas rosas
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"Estoy convencido que uno de los tesoros que guardan los años es la dicha de ser abuelo"
Abel Pérez Rojas
Abel Pérez Rojas
"No entiendes realmente algo a menos que seas capaz de explicárselo a tu abuela." Albert Einstein
Forman parte de la orquesta
sábado, 26 de enero de 2013
"Robo en casa del botánico" Capítulo XIV y XV
Se nos pasó un sábado. Así que seguro que tendremos que refrescarnos la memoria, ya que este capítulo viene con deberes:-) ¿Quién los hará?
CAPITULO 14, EN EL QUE REGISTRAMOS LOS ALREDEDORES DE LA MANSIÓN, ME SURGE UNA QUINTA SOSPECHA, REGRESA EL PROFESOR GARCÍA Y RESUELVO EL CASO
Ahora ya estaba claro. Seguramente el ladrón había entrado por la ventana (como habíamos intuido cuando estábamos en la habitación de la señorita García), porque en el suelo encontramos unos frascos rotos con líquidos de colonias raras.
- ¡Observa eso! - dije a don Fernando -. Entre los cristales había... ¡un sombrero negro!
- Este sombrero... sólo puede pertenecer a una de cuatro personas – explicó don Fernando -. Míster Fínnigan, el doctor Olgerson, míster Magnus (un invitado del primer piso según me aclaró) o el profesor García. Del profesor no puede ser porque sabemos que se fue a las 21:10 y a esa hora no se había cometido aún el robo.
- Bueno - contesté -. Tampoco puede ser del doctor Olgerson, pues encontré en su baúl un sombrero igual que éste. Sólo nos quedan los dos místeres.
- Pero -, me contestó -. Esta mañana he visto a míster Magnus con su sombrero puesto. Así que el ladrón tiene que ser... no, no puede ser: míster Fínnigan. El inspector Miller siempre se equivo...
- Ya veremos - le interrumpí -. Ahora, ¿por qué no vamos a investigar fuera?
Enseguida salimos de la mansión y nos colocamos debajo de la ventana de la señorita García. Nos pusimos a buscar y al momento encontré unas huellas, casi borradas del todo por la lluvia. Correspondían a unos zapatos de talla media, pero era imposible adivinar de quién eran.
- ¿Qué estaría haciendo la persona que dejó estas huellas en el barro? - preguntó don Fernando -.
- Pues claro! – grité -. ¡Ahí está la solución!
¿TÚ QUÉ CREES QUE ESTARÍA HACIENDO LA PERSONA QUE DEJÓ ESAS HUELLAS?
- ¿Qué estaba haciendo? ¿Qué?
- Al parecer, como las huellas son profundas - y gracias a eso son visibles -, la persona que estuvo aquí debió de estar esperando un largo rato, por ejemplo a que el narcótico hiciese efecto. Ello nos revela que el ladrón vino más tarde que el resto de los invitados y que uno o más de entre ellos son cómplices, aunque ninguno robara las joyas personalmente.
- ¡Maravilloso! ¡Eres el rey de los listos! ¿Qué hacemos ahora?
-¡Rápido! ¡Tenemos que ir a la carretera! ¡a aquel recodo!
Todo estaba lleno de arbustos espinosos y zarzas. Llegamos a un lado en el que había pinos y apartamos las ramas para ver un poco.
-¡Puagg! ¡Qué asquerosa está la carretera! - me dijo don Fernando -.
En efecto, más allá de un gran charco de barro había un montón de huellas de vehículo. En seguida descubrí un par de cosas interesantes.
¿A QUÉ TIPO DE VEHÍCULO CORRESPONDÍAN LAS MARCAS DE NEUMÁTICOS? ¿POR QUÉ HABÍA TANTAS IGUALES?
- Podrían ser las huellas del coche que utilizó para irse el ladrón...
- No. Acabo de descubrir que esas huellas son de moto. No hay dos líneas que sean paralelas.
- Y, ¿por qué hay tantas...?
- ¡Já! Mira bien, hombre. La moto pasó por aquí muchas veces seguidas. Para despistarnos, seguro.
- Muy bien deducido. ¿Volvemos adentro? Dentro de nada empezará a llover otra vez...
- Una pregunta. Normalmente, ¿de qué color son las gomas del pelo que utiliza tu mujer?
- Pues... azules. ¿Por qué?
- Por nada, por nada...
Comenzó a llover. Volvimos adentro. Minutos después sonó el timbre. El mayordomo fue a abrir pero en cuanto bajó el pestillo una fuerza mayor que la suya empujó la puerta desde fuera.
El conocidísimo y ahora furiosísimo profesor García entró como un huracán en el vestíbulo mientras que el mayordomo caía sobre unas estanterías y las destrozaba. El profesor llevaba un sombrero negro.
- ¿Dónde está mi hija? - gritó con todas sus fuerzas -.
- E...en el s...segundo piso - contestó el mayordomo -.
El profesor subió corriendo las escaleras, todos se apartaban de su camino. Don Fernando y yo le seguimos. Entramos en la habitación de Greta. En ese momento el doctor Olgerson le estaba dando a oler unas sales de un bote que tenía don Fernando en su habitación y ella estaba empezando a mover la cabeza.
- ¡Fuera de aquí! - gritó el profesor apartando al pobre doctor de en medio -.
- Oh papá, eres tú...
- Sí hija, soy yo. Ya no te va a pasar nada más. Estate tranquila.
- ¿Me permite una pregunta señorita García? - me adelanté.-
El profesor García gruñó.
- Este espejo es suyo, ¿verdad? Le enseñé el espejo roto.
- ¡Ah! ¿Dónde lo ha encontrado? ¡Me había desaparecido!
- No importa. Pero, ¿lo tenía roto?
- ¡Sí! Es un regalo que me hizo mi madre cuando yo era pequeña...
En ese momento el profesor García se volvió hacia don Fernando.
- ¡Nunca había imaginado esto de ti! ¡Por tu culpa le han robado las joyas a mi hija! ¡Casi un millón de euros! ¡Te denunciaré! - y salió corriendo de la habitación -.
- ¡Vaya! Ahora la ha tomado conmigo. No sé cómo voy a salir de ésta - suspiró don Fernando -.
-¡Espera! No todo está perdido. Ven, ¡rápido!
Y una vez más tiré de él hasta mi habitación. Metí la mano en mi mochila y saqué triunfante, para sorpresa de don Fernando, ¡UN CIGARRILLO!
CAPÍTULO 15, EN EL QUE TE TOCA ACTUAR A TI, QUERIDO LECTOR, Y AYUDARME A RESOLVER EL CASO COMO BUEN DETECTIVE
- Sí, ¿y qué? - me dijo.
- Este cigarrillo me lo encontré en el lado izquierdo de la puerta de la habitación de Miss Ámsterman. O sea, es el cigarrillo que había empezado a fumar la persona que ella vio en el pasillo. Ahora usted, don Fernando. Con su mano izquierda coja estas pinzas que sujetan el cigarrillo y con su mano derecha coja la lista de los invitados del segundo piso. Dígame, ¿DE QUIEN CREE QUE PODRÍA SER EL CIGARRILLO?
- Pues, obviamente sólo podría pertenecer a... ¡oh, cielos!
- Pues sí, don Fernando. ¿Ha comprendido usted? Es del signore Francesco y gracias a esta pista ¡HE RESUELTO EL CASO!
Ahora te toca a ti, lector, como he dicho en el título del capítulo. Aquí tienes unas líneas para que escribas todo lo que crees que ha ocurrido. Demuéstrame y demuéstrales a todos de qué madera de detective estás hecho.
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CAPITULOS XII Y XIII
Próximos capítulos 16 y 17 Sábado 2 de Febrero
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Madre mía, y encima un libro interactivo! Este chico además de un escritor es listísimo: es capaz de ordenar un montón de datos en su cabeza, armarlos como si fuera un puzzle, recordarlos todos, argumentar e ir contando solo lo preciso para no desvelar demasiado y mantener la intriga al mismo tiempo. Además invita a jugar al lector.
ResponderEliminarPero nos vamos a reservar, no sea que dando palos de ciego acertemos algo y destripemos el argumento. O que no acertemos nada y al final despistemos a la gente. Veremos con qué nos sorprende.
Feliz tarde de domingo
Bisous
Tiene buena cabeza. Ya está escribiendo otro y lleva 45 páginas. Ha sacado notas excelentes y sus padres están muy contentos. Yo tampoco me atrevo a vaticinar nada y encima no quiero leer más allá. Esperaré pacientemente a ver como acaba y se desvela el misterio.
EliminarGracias madame por su comentario.
Bisous
Hola Katy:
ResponderEliminarSí, la verdad es que este chaval no deja de sorprendernos.
Un abrazo.
A ver si acierta con un final adecuado.
EliminarUn abrazo
Pues deja tanto abierto que yo tampoco me atrevo a opinar mucho aunque tengo mis sospechas sobre el que suele ser siempre.
ResponderEliminarbesos y feliz semana
Jajaja yo no tengo ni idea porque prefiero seguir con todos hasta el final. Por aquello que si lo leo antes se acaba el misterio.
EliminarBss y gracias
Katy, de veras lo siento, pero tengo poco de detective.
ResponderEliminarNo sé que decir, esto no es lo mio.
La apróxima vez, te prometo, te haré un comentario mas adecuado.
Un beso grande y hasta pronto.
No lo sientas en absoluto. Esto lo escribió mi nieto de 11 años y vamos por el Capítulo XV. Para opinar tendrías que haber seguido la trama desde el principio:-)
EliminarBásicamente lo voy publicando para animarle.
Bss y gracias
Hola Katy: yo creo que la solución va a estar en el color de la cinta del pelo de la chica, o eso o el mayordomo como parece apuntar alguno por ahí. ¿Cuántos años dices que tiene la criatura?. Un abrazo
ResponderEliminarTiene 11 años pero lo comenzó a escribir con 10:-)
EliminarYo no lo se pero al chaval le encantan estas historias. Ya está escribiendo otro y lleva 46 páginas.
Un abrazo y gracias.