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Abel Pérez Rojas

"No entiendes realmente algo a menos que seas capaz de explicárselo a tu abuela." Albert Einstein

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domingo, 26 de febrero de 2012

Fátima la hilandera



Tenemos una nueva profesora en yoga que tiene una dulzura especial en contar cuentos. Una vez que nos hemos relajado y concentrando ella nos cuenta un cuento.

En una ciudad del más lejano Oriente vivía una hermosa joven llamada Fátima, hija de una familia de hilanderos. Ella que era muy trabajadora pronto aprendió el oficio. Un buen día su padre le dijo que tenía que embarcarse y navegar por el Mediterráneo para vender todos esos trabajos. Navegó y navegó y antes de llegar a su destino una tempestad destruyo su barco y ella terminó en una playa desierta. Se enfadó mucho, lloraba de rabia  y se preguntaba el por qué le  había ocurrido  esta desgracia, precisamente a ella.
Mientras vagaba por la arena un hombre la recogió y se la llevó para venderla como esclava. Pasaba por alli un matrimonio que aunque no era muy rico le dio pena y la compraron.
Ellos trabajaban telares y le enseñaron el oficio. Y como Fátima era muy trabajadora e inteligente y lo aprendió rapidamente. Al cabo de unos años empezó a ser feliz de nuevo.
De nuevo el matrimonio le pidió que fuera a vender su mercancía a países lejanos. Ella se embarcó  nuevamente con tan  mala suete que otra tormenta destruyó su embarcación y se quedo nuevamente tirada en una playa lamentándose y llorando de rabia e impotencia.  Por segunda vez  el mundo se había derrumbado ante ella.
Apareció entonces un hombre que se apiadó de ella y se la llevó a su aserradero y le enseñó el oficio de trabajar la madera y hacer mástiles para barcos. Y Fatima como era inteligente y trabajadora de nuevo aprendió el oficio. Fue así como logró ser relativamente feliz en su tercer oficio. Un buen día, el mercader le dijo:
-Fátima, quiero que vayas a Java en calidad de agente mía con un cargamento de mástiles, asegúrate de venderlo con provecho.
La muchacha se puso en camino, pero al pasar frente a las costas de China, un tifón hizo naufragar la embarcación y, una vez mas, salvó milagrosamente su vida mientras era arrojada a las playas de un país desconocido. Otra vez lloró amargadamente, pues sentía que en su vida nada sucedía de acuerdo con sus expectativas. Siempre que las cosas parecían andar bien, algo espantoso ocurría malogrando todas sus esperanzas.
¿Por qué será exclamó por tercera vez, que siempre que intento hacer algo se malogra? Pero no hubo respuesta, de manera que se levanto de la arena y caminó tierra adentro.
En china circulaba una leyenda que un día llegaría una hermosa mujer en un naufragio que les enseñaría a construir tiendas para su ejercito. A fin de estar seguro de que la esperada extranjera no pasara inadvertida si un día pisaba aquel suelo, el emperador solía mandar heraldos a todas las ciudades y aldeas, pidiendo que cada mujer extranjera fuera llevada a la Corte. Así Fátima fue llevada ante el Emperador.
El al verla le preguntó ¿Sabéis fabricar una tienda capaz de resistir los embates de las campañas de mis ejércitos? Creo que sí, dijo Fátima.
Y pidió hilos, telares y mástiles para ponerse manos a la obra.
El Emperador le dijo que ellos no tenían nada de eso. Pero compo ella sabía  todos esos  oficios fabricó las cuerdas con el lino que recogió, tejió telas, e hizo los mástiles como aprendió  del fabricante. Al final  con mucha   habilidad construyó  una maravillosa tienda.
Cuando ésta  fue mostrada al emperador  el todo entusiasmado le dijo que pidiera un deseo que se lo concedería cualquiera que fuera.  Fátima eligió quedarse en China, donde se casó con un atractivo príncipe y, rodeada por sus hijos, vivió hasta el fin de sus días.
Fátima al final comprendió que todo aquello que le había ocurrido tan negativo en su vida, resultó ser un aprendizaje necesario para llegar a la felicidad final.

Tal vez nada ocurre por casualidad y cuando algo no sale según nuestro deseos nos solemos lamentar en vez de asumir lo que nos ha tocado vivir, y pensar que forma parte de nuestro aprendizaje para salir adelante.

7 comentarios:

  1. Al leerlo he recordado esta historia

    El anciano del fuerte

    Un anciano vivía con su hijo en un fuerte abandonado sobre la cumbre de una colina, y un día perdió un caballo. Los vecinos llegaron a expresar su pesar por este infortunio, y el anciano preguntó:

    -¿Cómo sabeis que es mala suerte?
    Pocos días más tarde volvió su caballo con una cantidad de caballos salvajes, y esta vez vinieron sus vecinos a felicitarle por esta nueva fortuna, y el anciano respondió:
    -¿Cómo sabeis que es buena suerte?
    Con tantos caballos a su alcance, el hijo empezó a cabalgar en ellos y un día se fracturó una pierna. Otra vez llegaron los vecinos a expresar sus condolencias y el anciano respondió:
    -¿Como sabeis que es mala suerte?
    Al año siguiente hubo una guerra, y porque el hijo del anciano estaba lisiado no tuvo que ir al frente.


    Filosofo taoista Liehtsé

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  2. Una gran enseñanza.
    Conozco demasiada gente que no hace más que lamentarse de su mala suerte, en vez de aprender y salir fortalecida del trance.
    Un abrazo.

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  3. Estupenda historia:

    En la vida nunca se sabe que es lo mejor o lo peor hasta que uno definitivamente lo sabe. El caso de Fátima es una clara muestra de ello. Un beso y feliz semana

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  4. Hola Katy: hermosa historia que me ha recordado una frase que escuché el otro día en el cine: "El chico le dice a la chica, mientras la mira dulcemente a los ojos (la verdad es que lo estaban pasando fatal): no te preocupes mi amor que al final todo se solucionará, y si no es que todavía no es el final" Me ha encantado el cuento y el de Chelo también. Un abrazo

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  5. Cuanto me he sentido identificada Katy, gracias por tan bella historia, un abrazo... estoy caminando y aprendiendo, siempre se hace y todo sirve para algo bueno.

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  6. Gracias por vuestros comentarios. Son bellos cuentos para reflexionar. Y hacer un análisis introspectivo.
    Gracias por tu cuento Chelo, las cosas no ocurren por casualidad
    Os deseo una buena semsana

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  7. Magnifica forma de trasmitir conceptos fundametales.

    Cariños

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Bienvenido. Gracias por tus palabras , las disfruto a tope y además aprendo.

“EL TIEMPO QUE PERDISTE POR TU ROSA HACE QUE TU ROSA SEA TAN IMPORTANTE”. Saint-Exupéry

“EL TIEMPO QUE PERDISTE POR TU ROSA HACE QUE TU ROSA SEA TAN IMPORTANTE”. Saint-Exupéry
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