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Desde pequeña me ha llamado la atención esta minúscula y humilde planta del campo de hojas verdes. Después descubrí en las postales que mi padre coleccionaba que los había de cuatro hojas y a los 19 años encontré mi primer trébol de cuatro hojas, y a partir de ahí ya no he parado.
Mis nietos se han aficionado igualmente a buscarlas y vienen corriendo a enseñármelas. Hasta hacen sus trampas juntando dos para impresionarme.
Hubo un año en el envié felicitaciones de Navidad con un trébol de cuatro hojas. Todo un lujo. Muchos de mis libros los atesoran plastificados y un montón está guardados en la memoría del ordenador.
Mucho después aprendí que el trébol de cuatro hojas es una variación infrecuente del trébol de tres foliolos. Los tréboles pueden tener más de cuatro foliolos. El mayor número de foliolos jamás encontrado en un trébol es veintiuno, superando al anterior, de dieciocho que estaba en el record del Guiness.
Se ha estimado que hay aproximadamente 10.000 tréboles de tres foliolos por cada trébol de cuatro foliolos.
O sea que me considero muy afortunada porque atesoro 2 tréboles de 5 foliolos
Según la tradición, traen buena suerte a sus buscadores, especialmente si es encontrado accidentalmente
Según leyenda, cada folíolo representa algo:
El primero es para la esperanza.
El segundo es para la fe.
El tercero es para el amor.
El cuarto para la suerte.
Algunos podréis prensar quer todo esto de la buena suerte es una tontería y yo estoy de acuerdo. Una hojita no tiene ningún poder, la única suerte está en encontrala. Lo demás es cuestión de creencia, y aquí cada cual es muy suyo de creer lo que le apetezca.
Os deseo toda la suerte del mundo para vuestra vida, aunque yo pienso que hasta la suerte es una opción personal. Todo depende dónde pongas el corazón
"La suerte no existe, simplemente todo depende de nuestros actos."
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La felicidad humana generalmente no se logra con grandes golpes de suerte, que pueden ocurrir pocas veces, sino con pequeñas cosas que ocurren todos los días.
Benjamín Franklin
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Vaya, no sabía de esas aficiones, pero bonito el detalle de enviar las felicitaciones de esa manera. No es lo que es, es lo que representa.
ResponderEliminarGenial la frase de Franklin.
Un beso y feliz día
Hola, Katy.
ResponderEliminarContrariamente al título de mi blog, yo tampoco creo en que haya cosas que puedan dar mala o buena suerte. A veces, una casualidad nos confunde haciéndonos creer que, una escalera, un gato negro, o sal volcada, nos traen mala suerte. Las cosas, buenas o malas, nos tienen que pasar, es ley de vida, con o sin talismanes.
Un beso
Supongo que mi felicidad sería mayor si no me saliese tanto trébol en el cesped :)
ResponderEliminarPero la realidad es que lo tengo asumido, porque estamos en plena naturaleza y tener un cesped perfecto ahí es imposible. No sé si la suerte de poder pasar fines de semana y vacaciones en ese entorno es debido al trébol, pero seria bonito.
Un abrazo.
Hola Katy; pienso que nosotros somos unos seres con mucha suerte, si se puede llamar así usando las comparaciones con lo que existe en otras zonas del mundo; yo así lo creo. La suerte hay que buscarla, dicen por ahí. Creo que sólo se encuentra trabajando e intentando hacer las cosas bien cada día, como apuntaba Franklin. UN ABRAZO
ResponderEliminarPues sí que tienes paciencia, buscando tréboles de cuatro y aun cinco foliolos (gracias por enseñarme una nueva palabra). Yo, por mi parte, cuando voy al campo miro más al cielo que al suelo, de ahí mis continuos tropezones.
ResponderEliminarBesos
Las palabras de Franklin as he hecho mías. La suerte está en el día a día, aunque a veces las confundamos con azar.
ResponderEliminarEs que hubo un tiempo Fernando en que mi creatividad estab al rojo vivo:)
Bss
Me gusta eso de ley de vida Maria Jesús. Conozco personas que se creen con mala suerte y no hacen otra cosa que atraerla con su negatividad. Expresiones como "todo me pasa a mí" las detesto. Prefiero pensar ¡Que bién podría haber sido peor".
ResponderEliminarBss
Jajaja eso es mala suerte Javier:) Pues no es de cajón, los tréboles salen en el cesped. Sin embargo a mi me encanta verlos. Claro yo no tengo céped si no el patio de una casa.Seguro que es una "suerte" pero currada como yo digo. Cuando alguiñen consigue realizar un sueño no es suerte sino un trabajo bien hecho.
ResponderEliminarUn abrazo
Seguro que sí, más que suerte y azar, yo utilizaría la palabra afortunados Rafa. El destino nos ha puesto en un lugar en vez s¡de otro. Pero aún así a veces no todo es tener ni poseer. Mi padre nos enseñó a ser felices con muy poco.
ResponderEliminarFranklin lo expresó maravillosamente.
Un abrazo
Hola Carmen es pasado. Tenía alegría y tiempo. Estábamos entonces en un piso en la Sierra y con tres niños pequeños. En aquel entonces no había mucho más que hacer. El año de la felicitación reuní unas 100 en tres meses:)
ResponderEliminarAhora lo hago cuando voy de vacaciones con los nietos una semana.
En el asfalto de la ciudad hay muy pocos tréboles.
Bss
Hace poco publique una foto de un trébol de cuatro hojas, parecido al de tu primera foto, mi foto la hice en una cafetería de una administración de lotería, dicen algunos que es de las que mas vende. Un abrazo
ResponderEliminarPues a ver si trae suerte. Lo mio viene de muy atrás. Aún conservo la que me encontré con 20 años la primera vez que la vi:-)
EliminarBss
Qué lindo!!Me encantó.
ResponderEliminarDe chicos buscábamos tréboles de cuatro hojas y era una ilusión encontrarlos.
Recuerdo que los guardaba
entre las páginas de los libros.Todavía cuando ordeno la biblio y me detengo en las páginas .... descubro alguno.Me invade una sensación de enorme ternura.Y lo dejo en su sitio porque es como un trocito de pasado .Secos y marrones pero llenos de recuerdos.
No sé si dan suerte pero tienen ...¡magia!La magia del sentimiento.
Besos.
Mil gracias por este lindo comentario. Me ha encantado recordar de tu mano las páginas de los libros que guardan trocitos del pasado. Tienen magia y mucha. Claro que dan suerte, la suerte de haberlo vivido y disfrutado.
EliminarMil besos.
Muchas gracias por compartir. Y muy bonito el blog, hermoso. Yo soy madre, y a veces pienso que soy una madre-abuela. Con mi segundo hijo aprendí a disfrutarlos más que a verles de otra forma. Son también mi más preciado tesoro. Gracias y encantada de leerte.
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