Las hojas son levemente venenosas para los animales herbívoros. Las hojas verdes frescas (antes de la floración) pueden cocinarse como las espinacas y son muy apetecibles, con un sabor característico, perdiendo las propiedades venenosas al cocinarse, aunque con efectos sedantes por los alcaloides que contiene, por lo que su consumo como alimento ha venido decayendo en el sur de Europa. Las semillas son inofensivas y a menudo se utilizan como condimento y en bollería mientras que los pétalos se usan para elaborar siropes y bebidas no alcohólicas. La savia, pétalos y cápsulas contienen rhoeadina, un alcaloide de efectos ligeramente sedantes, a diferencia de la variedad Papaver somniferum (adormidera u opio) que contiene morfina. El consumo excesivo puede causar molestias intestinales, y hasta dolor de estómago.
Fuente Wikipedia
Esta anécdota viene al hilo. Siendo pequeña apenas con 7 años me vinieron a buscar al cole para que hiciera de intérprete a un caballero que venia de centro Europa y que le había encontrado un Kg. de semillas de amapola que el buen hombre traía para pastelería. Al preguntarle que que era eso, el al no saber el idioma dijo que era opio y le quería meter en la cárcel. Como todos éramos emigrantes y nadie sabía un pimiento del idioma tuve que explicarles con mi recién aprendido español que eso era un ingrediente y no droga:-)
El cuadro que preside el salón pintado por mi
Una acuarela en el hall
Queda claro que me gustan las amapolas ;-)
Hola Katy:
ResponderEliminarTiempos difíciles para ese tipo de explicaciones.
La verdad es que las amapolas llaman la atención en todas partes.
Un abrazo.
Se ve que te gustan las amapolas. Bonitos cuadros. Mayo es el mes de las amapolas y en estas fechas se crean bellos cuadros impresionistas por las tierras de Castilla.
ResponderEliminarBesos
Preciosas como la cancion de mis tiempos, que la nombraba.
ResponderEliminarQuerida Katy
Te deseo una buena semana, a pesar de distorciones ajenas a tu voluntad.
Cariños!!!!
Comparto contigo la frase de la semana:
Tal vez yo nunca consiga ver un arco-íris.
Pero aprenderé a diseñar uno, auque solo sea dentro de mi corazón.
Aristóteles Onassis
Hola Katy: yo tengo una buena colección de campos llenos de amapolas; siempre me ha gustado su colorido y cómo se mecen con el viento, también su fragilidad, pero desconocía sus propiedades. Gracias por la explicación. Fotógrafa intrépida, pintora expresionista y además entiende de adormideras. Vaya, vaya, todo un cajón de sorpresas. Ja,ja. Un abrazo
ResponderEliminarNo conocía tu vertiente pictórica. ¡Eres una joya, Katy! Yo tengo una predilección muy especial por las amapolas por ser, tal vez, la flor que más le gusta a mi mujer. A mí me gusta verlas en pleno rubor en el campo, pero ella no se resiste a cortar un ramillete, aunque sabe que suele ser muy efímero y rápidamente se marchita.
ResponderEliminarUn abrazo.
Cuando éramos pequeños nos dedicábamos a cortar los capullos de las amapolas e intentar averiguar de qué color eran las hojas que había dentros, si blancas, rosadas o rojas. Creo que éramos unos terroristas de la naturaleza...
ResponderEliminarBesitos
Me encanta el colorido que proporcionan las amapolas al campo en esta época. Aquí se les llama también "ababoles".
ResponderEliminarUn saludo desde mi mejana
Preciosas!
ResponderEliminarun beso
Muchas gracias a los que habéis comentado aún sabiendo que no tenía ordenador.
ResponderEliminarMe encantan estas humildes flores que ofrecen un maravilloso espectáculo para luego desaparecer en silencio.
Un cálido abrazo