Frecuentemente, me pregunto:
“Qué es lo que cada uno de nosotros está haciendo en este Planeta?”
¿Es la vida solamente intentar aprovechar al máximo posible las horas y minutos?
Tengo la certeza de que existe un sentido mejor en todo lo que vivimos.
Para mi, nuestra venida al planeta Tierra tiene básicamente dos motivos: evolucionar espiritualmente y aprender a amar mejor. Todos nuestros bienes en verdad no son nuestros. Somos apenas nuestras almas.
Y debemos aprovechar todas las oportunidades que la vida nos da para mejorar como personas. Por tanto, hemos de recordar siempre que nuestros fracasos son los mejores profesores y es en los momentos difíciles cuando las personas necesitamos encontrar una razón para continuar al frente de nuestras vidas..
Nuestras acciones, especialmente cuando tenemos que superarnos, nos ponen a prueba y nos hacen madurar.
Nuestra capacidad de resistir a las tentaciones, a los desánimos para continuar el camino, es lo que nos torna personas especiales y fuertes.
Nadie vino a esta vida con la misión de juntar dinero y comer de lo bueno a lo mejor. Ganar dinero y alimentarse es parte de la vida, pero no puede ser la razón de la vida.
Tengo la certeza de que personas como Martin Luther King, Mahatma Ghandi, Nelson Mandela, Madre Teresa de Calcuta, Irmã Dulce, Betinho y tantas otras anónimas, que lucharon y luchan para mejorar la vida de los más débiles y de los más pobres, no estaban motivadas por la idea de ganar dinero.
¿Qué mueve a esas personas generosas a trabajar diariamente, a no desistir nunca? La respuesta es una sola: la conciencia de su misión en esta vida.
Cuando tienes conciencia de que a través de tu trabajo estás realizando tu misión, desenvuelves una fuerza extraordinaria, capaz de llevarte a la cima de la montaña más alta del Planeta.
Por desgracia, mucha gente se pierde en este viaje y distorsiona el sentido de su existencia pensando que acumular bienes materiales es el objetivo de la vida.
Y cuando llega al final del camino, percibe que sólo va poder llevarse de aquí, el bien que hizo a los demás.
Si tienes angustia sin motivo aparente, está ahí un aviso para parar y reflexionar sobre tu estilo de vida. Escucha a tu alma: ella tiene la orientación sobre cual es el camino que debes seguir.
Todo en la vida es una invitación para el avance y la conquista de valores en la armonía y en la gloria del bien.
TEXTO: Roberto Shinyashiki
“Qué es lo que cada uno de nosotros está haciendo en este Planeta?”
¿Es la vida solamente intentar aprovechar al máximo posible las horas y minutos?
Tengo la certeza de que existe un sentido mejor en todo lo que vivimos.
Para mi, nuestra venida al planeta Tierra tiene básicamente dos motivos: evolucionar espiritualmente y aprender a amar mejor. Todos nuestros bienes en verdad no son nuestros. Somos apenas nuestras almas.
Y debemos aprovechar todas las oportunidades que la vida nos da para mejorar como personas. Por tanto, hemos de recordar siempre que nuestros fracasos son los mejores profesores y es en los momentos difíciles cuando las personas necesitamos encontrar una razón para continuar al frente de nuestras vidas..
Nuestras acciones, especialmente cuando tenemos que superarnos, nos ponen a prueba y nos hacen madurar.
Nuestra capacidad de resistir a las tentaciones, a los desánimos para continuar el camino, es lo que nos torna personas especiales y fuertes.
Nadie vino a esta vida con la misión de juntar dinero y comer de lo bueno a lo mejor. Ganar dinero y alimentarse es parte de la vida, pero no puede ser la razón de la vida.
Tengo la certeza de que personas como Martin Luther King, Mahatma Ghandi, Nelson Mandela, Madre Teresa de Calcuta, Irmã Dulce, Betinho y tantas otras anónimas, que lucharon y luchan para mejorar la vida de los más débiles y de los más pobres, no estaban motivadas por la idea de ganar dinero.
¿Qué mueve a esas personas generosas a trabajar diariamente, a no desistir nunca? La respuesta es una sola: la conciencia de su misión en esta vida.
Cuando tienes conciencia de que a través de tu trabajo estás realizando tu misión, desenvuelves una fuerza extraordinaria, capaz de llevarte a la cima de la montaña más alta del Planeta.
Por desgracia, mucha gente se pierde en este viaje y distorsiona el sentido de su existencia pensando que acumular bienes materiales es el objetivo de la vida.
Y cuando llega al final del camino, percibe que sólo va poder llevarse de aquí, el bien que hizo a los demás.
Si tienes angustia sin motivo aparente, está ahí un aviso para parar y reflexionar sobre tu estilo de vida. Escucha a tu alma: ella tiene la orientación sobre cual es el camino que debes seguir.
Todo en la vida es una invitación para el avance y la conquista de valores en la armonía y en la gloria del bien.
TEXTO: Roberto Shinyashiki
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Bienvenido. Gracias por tus palabras , las disfruto a tope y además aprendo.