Paseando por la Calle 30

Hace mucho que no hacía fotos del parque y aledaños. Hoy hacía un día soleado y decidí poner a prueba mi rodilla forzándola un poco porque estaba empezando a vaguear y puedo decir que he quedado bastante satisfecha de su comportamiento.
Mientras caminaba, paseaba la mirada por los caminos carentes de flores y de verde que mostraban el paso del río con cierta tristeza, río que aún siendo aprendiz, en algunos tramos casi no llevaba caudal alguno.
Los árboles siguen luciendo sus esqueléticos brazos y en algún que otro arbusto se aprecian insípidos brotes preludio de una primavera lejana.
He descubierto nuevos cafés diseminados aquí y allí con multiplers sillas al sol para disfrutar de sus rayos pero vacío de gente a estas hora de la mañana. Y la vida continúa su ritmo, aunque no le dediquemos ni un solo minuto a estos despertares que a mi siempre me maravillan.