Pensar positivamente

¿Que es pensar positivamente? ¿Auto engañarnos? ¿Meter la cabeza bajo el ala como el avestruz y decir que no pasa nada y todo va bien? ¿Sustraernos del compromiso de hacer algo?
Me dicen: “Para ti es fácil ser optimista, gracias a tu carácter y tu forma de pensar, asumes y superas los obstáculos con facilidad” y yo digo ja, que a mi nadie me ha regalado nada. No me resulta fácil, pero he trabajado todos los días la voluntad y mi carácter. He llorado, pataleado, sufrido de impotencia como todo el mundo. Me he hecho cientos de preguntas, leído miles de libros, he buscado ayuda, hasta que al fin he comprendido que no puedo remar en sentido contrario de la corriente, porque me agoto y corro el peligro de ahogarme o de seguir estrellándome contra las rocas una y otra vez.
Aprendí que duele, y mucho, pero que regodearme en el dolor me sirve de muy poco.
Al principio ante los contratiempos salto hasta el techo, y luego me pregunto ¿Por qué me pasa esto, y busco enseguida alternativas y me explico lo inexplicable. Intento buscar la parte buena de todas las cosas, una vez que me he serenado. Sobre todo procuro valorar y creer en el bien, lo que supone confiar, amar, comprender, perdonar y muchas veces olvidar el daño que hayas podido sufrir.
Cuando me altero demasiado me acuerdo de lo que me decían mis profesores, tienes doble trabajo una enfadarte y otras desenfadarte. Soy yo y nadie más la dueña de mis reacciones.
Intento sonreír porque cuando lo hago me siento mejor, se activan dentro de mi unos mecanismos que me ayudan a ver la realidad con ojos diferentes. Cuando salgo a dar un paseo, practico deporte, admiro la naturaleza o la belleza de unos cuadros, crea en mí un estado de ánimo positivo y me siento más feliz.
He leído alguna vez que las bellas flores nacen del estiércol y sin embargo, son capaces de adquirir una belleza y perfume sin igual, porque aprovechan todo lo bueno que el estiércol les puede aportar.
Hay veces que me oprime saber que hay personas que se aferran a mi, que me tienen de referencia y me responsabilizan de su felicidad, esto hace que a veces no encueste el camino de la felicidad que quiero construir para mi.
También soy consciente que debería rodearme de personas optimistas y con sentido del humor, porque contribuyen a mantener ese estado positivo que ayuda a ver las cosas desde otra perspectiva, que no siempre lo malo, lo triste y lo frustrante.
Las crisis, los contratiempos, las adversidades nos enseñan a superarnos, a utilizar nuestro potencial y a descubrir nuestra creatividad para resolverlos. Nos ayudan a conocer nuestros talentos, nuestras capacidades para sobrellevar mejor los obstáculos que se nos presenten.
Es trabajo nuestro y solo nuestro descubrir todo lo bello y bueno que hay en nuestra vida las cosas buenas que hemos hecho, y lo que aún nos queda por hacer. Desarrollar algunas de las iniciativas que tenemos, confiar en que podemos hacerlo, y disfrutar de estos pequeños logros nos ayudan a sentirnos mejor y tener más confianza en nuestras capacidades y descubrirlas a su vez en los demás.
Es trabajo nuestro aceptar lo que nos rodea, y tratar de mejorarlo y si no podemos transformarlo porque somos limitados, al menos tratar de buscar el lado bueno a lo que pasa. No necesitamos más que la firme decisión de hacerlo. Nuestra felicidad no ha de depender de los demás ni de las circunstancias
Saber que nadie más va a hacer este trabajo por mi me hace comprender que es una pérdida de tiempo estar dándole vueltas a lo malo que nos ha pasado. Es mejor cultivar pensamientos agradables, porque así no solo nos sentimos mejor con nosotros mismos sino que hacemos más agradable la vida a los que nos rodean.
La vida es un constante aprendizaje en el que vamos coleccionando las herramientas para superarnos, sacar lo mejor de nosotros, lo que nos ayudará a ser más comprensivos y tolerantes, porque a través de nuestras propias dificultades podemos entender mejor a los demás
Con esta actitud los problemas tendrán su justo valor, no lo agrandaremos con la lupa del pesimismo, aumentará nuestra autoestima, y podremos afrontar con mayor ilusión el día a día y los contratiempos que tanto nos agobian sin sentir esa impotencia paralizante.
El temor a la incertidumbre se puede vencer con la mayor confianza en uno mismo, y esto solo lo ganamos enfrentándonos a los obstáculos.

Katy