Hoy cuando ya han pasado 15 días Jolín, Jope y Que rollo han venido venido a vernos y nos han traído sus dibujos prometidos. Así que no voy a hacer una nueva entrada sino que los postearé aquí, cómo continuación de lo compartido en estos días. Gracias chavales
Queridos Jo, Jope y que rollo:
Ante todo daros las gracias por esta semana maravillosa que pudimos disfrutar a vuestro lado, gozar de vuestras risas, alegrías, ocurrencias, voces y por qué no hasta de vuestras peleas mutuas que tanto nos han sacado de quicio a veces...
Ha sido muy grande nuestra responsabilidad pero todo lo que merece la pena cuesta un gran esfuerzo y trabajo, pero nada comparable con la felicidad final que se tiene al haber conseguido nuestro objetivo, que no era otro que el de pasarlo bien aprendiendo nuevas cosas, conocer otros lugares e investigar que era lo vuestro "pequeños investigadores intrépidos".
Deciros que jo, jope y que rollo se quedaron muy tristes con vuestra marcha.
Al volver de Hinojosa nos fuimos a dar un paseo a la Presa de Saucelle dónde estuvime el día antes con Enrique. No queríamos regresar aún a la casita 204.
Al volver al aparcamiento nos habían quitado la plaza 22 que era la que habéis elegido al llegar. "Aparca siempre en esta plaza" nos dijistéis
Al pasar junto al el peral, este nos miro con tristeza pero aliviado al fin, solo había que ver todas las peras esparcidas a su alrededor para comprender que la paz había llegado a sus maltrechas ramas. Cerca el improvisado tendedero de cuyas cuerdas colgaba un solitario bañador, nos alertó de que nos habíamos quedado solos.
Al abrir la puerta lo primero que vi al final del pasillo fue el balón, tal vez esperando que le diérais caña, y en la cama las tres linternas testigos de vuestras investigaciones nocturnas se abrazaban aburridas.
Todo estaba en silencio, y sentí tal frío que creí que tenía fiebre. Me fui a investigar el aire acondicionado y ante mi sorpresa allí había quedado la huella de vuestra ultima travesura: "alguien había puesto el aire a 19º"... y ya no pude echar mi acostumbrado sermón, solo sonreír ante semejante ocurrencia. ¿De quien habría sido el dedito inocente?
Comimos las sobras de la cena anterior, hasta los garbanzos estaban aburridos en el plato, la rosa mustia, las peras y demás frutas recolectadas esperaban su destino final que no era otro que hacerlos en compota. Por cierto rica rica me quedó pero nadie me dijo eso de
-"Katy eres la mejor cocinera del mundo"
Echamos de menos también a vuestros padres, que aprovechan cualquier ocasión para enseñaros, educaros y arroparos con cariño.
Recuerdo las palabras de vuestro abuelo que una tarde os sentó a su lado y os dió este consejo para siempre:
"No os olvidéis que nunca hay que quejarse, y tenéis que resolver por vosotros mismos lo que podáis sin dar la lata a los demás" Jo que rollo...
En el mueble del salón quedaban tres hojas semi-arrugadas de vuestra caligrafía:
-"Debemos obedecer a los abuelos" y los tréboles de cuatro hojas daban paso a los recuerdos.
Ahora espero vuestro relato, porque Enrique me dijo que escribiría un libro sobre su estancia en Aldeaduero
Os queremos
Queridos Jo, Jope y que rollo:
Ante todo daros las gracias por esta semana maravillosa que pudimos disfrutar a vuestro lado, gozar de vuestras risas, alegrías, ocurrencias, voces y por qué no hasta de vuestras peleas mutuas que tanto nos han sacado de quicio a veces...
Ha sido muy grande nuestra responsabilidad pero todo lo que merece la pena cuesta un gran esfuerzo y trabajo, pero nada comparable con la felicidad final que se tiene al haber conseguido nuestro objetivo, que no era otro que el de pasarlo bien aprendiendo nuevas cosas, conocer otros lugares e investigar que era lo vuestro "pequeños investigadores intrépidos".
Deciros que jo, jope y que rollo se quedaron muy tristes con vuestra marcha.
Al volver de Hinojosa nos fuimos a dar un paseo a la Presa de Saucelle dónde estuvime el día antes con Enrique. No queríamos regresar aún a la casita 204.
Al volver al aparcamiento nos habían quitado la plaza 22 que era la que habéis elegido al llegar. "Aparca siempre en esta plaza" nos dijistéis
Al pasar junto al el peral, este nos miro con tristeza pero aliviado al fin, solo había que ver todas las peras esparcidas a su alrededor para comprender que la paz había llegado a sus maltrechas ramas. Cerca el improvisado tendedero de cuyas cuerdas colgaba un solitario bañador, nos alertó de que nos habíamos quedado solos.
Al abrir la puerta lo primero que vi al final del pasillo fue el balón, tal vez esperando que le diérais caña, y en la cama las tres linternas testigos de vuestras investigaciones nocturnas se abrazaban aburridas.
Todo estaba en silencio, y sentí tal frío que creí que tenía fiebre. Me fui a investigar el aire acondicionado y ante mi sorpresa allí había quedado la huella de vuestra ultima travesura: "alguien había puesto el aire a 19º"... y ya no pude echar mi acostumbrado sermón, solo sonreír ante semejante ocurrencia. ¿De quien habría sido el dedito inocente?
Comimos las sobras de la cena anterior, hasta los garbanzos estaban aburridos en el plato, la rosa mustia, las peras y demás frutas recolectadas esperaban su destino final que no era otro que hacerlos en compota. Por cierto rica rica me quedó pero nadie me dijo eso de
-"Katy eres la mejor cocinera del mundo"
Echamos de menos también a vuestros padres, que aprovechan cualquier ocasión para enseñaros, educaros y arroparos con cariño.
Recuerdo las palabras de vuestro abuelo que una tarde os sentó a su lado y os dió este consejo para siempre:
"No os olvidéis que nunca hay que quejarse, y tenéis que resolver por vosotros mismos lo que podáis sin dar la lata a los demás" Jo que rollo...
En el mueble del salón quedaban tres hojas semi-arrugadas de vuestra caligrafía:
-"Debemos obedecer a los abuelos" y los tréboles de cuatro hojas daban paso a los recuerdos.
Ahora espero vuestro relato, porque Enrique me dijo que escribiría un libro sobre su estancia en Aldeaduero
Os queremos
Ternura y amor a raudales!!! Aqui no quiero hablar de tus nietos, pero sí de los abuelos que tienen y sobre todo de la abuela, que la cuiden mucho y que sepan apreciar lo que Dios les ha dado. Espero que cuando lean ellos estas lineas, entresaquen todo el amor y dedicación que les tienes. Ya pueden dar gracias a Dios, porque aunque todas las abuelas, se supone, que quieren a sus nietos, pocas habrá como tu. Un beso hermana y auque yo no sea nieta tuya, jajajajaja también recibo muchos amor de tu parte. Tienes un corazón más grande que un potrero.
ResponderEliminarGracias a ti que has conseguido emocionarme con tu comentario. Me miras con ojos de hermana pequeña. Yo solo pido que ellos recuerden esta etapa como una de las más felices y les quede el recuerdo de que fueron queridos y valorados por sus abuelos.
ResponderEliminarYa sabes por experiencia que el cariño a esta edad conforma la personalidad. Un beso y que te lo pases muy bien en tus vacaciones, tanto o más que yo. Te echaré de menos y nuestro blog conjunto también :-)
¡vaya dos! La gripe y la tos!! Katica, te ha quedado de cine la redacción, ¡qué barbaridad lo que has mejorado! Está precioso y muy bien escrito; también las fotos son super artísticas, qué buena idea cada una! He conseguido dibujo y frase de Teresa y Juan sobre Aldeaduero para que lo subas, pero de Enrique no hay manera, yo sigo insistiendo...(cuando se pone vaguete ya sabes). Ha sido una semana preciosa, espero que podamos repetir tiempos compartidos así muchos años más; ciertamente para los niños es fundamental y lo van incorporando todo. Gracias Katica, gracias Angel y aprovecho para saludar a mi tía Mari que está ahí al otro lado, ABRAZOTES.
ResponderEliminarla del comentario anterior soy yo ANGELONA, que no sé como se cuelga algo con nombre!!!!
ResponderEliminarme da un poquito de pena comentar sobre algo tan íntimo, pero me encantan tus palabras y la armonía que consigues en las frases, leer mientras Chopin consigue erizar la piel es inmenso!, añoro esos días con mi abuela, su espíritu, las tareas, premios, castigos y esa devoción de reponer al dolor la ausencia de mi madre, hace poco sembré unas Hortensias que por supuesto me recuerdan su nombre, hoy suspiré viendo tus fotos ...cuánta ternura y sentimiento!
ResponderEliminarque afortunados los tuyos!
besos
Gracias Angelona por tu comentario, tu buen hacer, tu buen trabajo y dedicación. Sin ti esto habría sido imposible. Te queremos
ResponderEliminarGracias Carolina, nada de los que se sube a un blog es íntimo, ni lo pretendo. Este blog está dedicado a mis nietos y a los peques, así que muy agradecida que mis sentimientos hayan sido compartidos con tu sensibilidad y te hayan ayudado a evocar esos maravillosos recuerdos que guardas de tus abuelos. Ojalá mis nietos sientan ese cariño por nosotros el día de mañana. Gracias de nuevo, con tu comentario has enriquecido mi entrada.
ResponderEliminarUn abrazo
Katy
Querida Katy: Hemos leído esta noche tu cuento, nos ha gustado muchísimo, te queremos ver pronto. Tenemos todo listo para darte los dibujos y escritos sobre Aldeaduero. Gracias por investigar con nosotros (especiales para Angel)! Besos nos vemos en vuestra casa el martes, prepara macarrones. Juan, Enrique y Teresa // Y su madre dices, macarrones no, verdura!
ResponderEliminarQue ilu, que lo hayan visto visto ellos. Me encantará oir su opinión. Besitos
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